El nombre del río Quípar proviene del árabe
Al Quipir. Es un pequeño río, afluente del río Segura, al cual llega con sus aguas por su margen derecha desembocando en éste. El río tiene su nacimiento en Caravaca de la Cruz, donde le llegan diversas ramblas y arroyos.
El río Quípar nace a 950 metros sobre el nivel del mar y tiene una longitud de 70 kilómetros. Cuando desemboca en el río Segura tiene una altitud de 230 metros. La cuenca del Quipar es de 826 km2 de superficie formada por diferentes tipos de suelos, topografía y uso, y con características climáticas diversas.
Asimismo, le llegan también aguas del Macizo de Revolcadores y de la Sierra de Mojantes. En su recorrido pasa por la Encarnación, estrecho de singular belleza y de historia arqueológica. Posteriormente avanza de manera paralela al río Argos, en el municipio de Cehegín. Durante su recorrido por este municipio avanza bordeando ruinas arqueológicas de Al Quipir, así como de Begastri, que fuese ciudad visigoda.
Posteriormente, el río Quípar recibe agua del canal que recibe agua que sobra del embalse del Argos para luego continuar en su recorrido al embalse Alfonso XIII, también llamado el embalse de Quípar. en el municipio de Calasparra. Finalmente el río Quípar sigue hasta desembocar en el río Segura, del cual es su afluente.
El río Quípar está considerado como elemento de la naturaleza de protección. De allí que haya sido declarado como Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA), denominada “Sierra del Molino, Embalse del Quípar y Llanos del Cagitán”.
Asimismo está definido como Lugar de Interés Comunitario (LIC) por lo cual integra las Áreas de Protección de la Fauna Silvestre por la presencia de aves migratorias. Entre las aves que viven y descansan en las aguas del río Quípar durante su tránsito migratorío están la cigüeñuela, la garceta y el martinete.
Aún así, el caudal del río Quípar ha ido disminuyendo con el tiempo por la desertificación que sufre la zona. Esto ha venido degradando su condición de río. Sus condiciones ecológicas han perdido calidad, sus funciones hidrológicas se han debilitado, la erosión de sus suelos es evidente y se ha dado una progresiva pérdida de su flora y fauna.
De allí que diferentes iniciativas y llamados de atención se han hecho presente por parte de la sociedad civil y organizaciones ambientales, planteando la necesidad de proyectos que hagan posible que el río Quípar pueda recuperar su equilibrio como ecosistema.
Para ello es fundamental el respeto y recuperación de su cauce y su ribera para que, dadas las condiciones morfológicas, esté en condiciones de fortalecer sus funciones biológicas y poder potenciar, albergar y proteger la fauna y flora asociada a su ribera que ha venido perdiendo. Además que sus suelos puedan nutrirse para que se hagan posible funciones de oxigenación de las aguas y descontaminación de las mismas.
Además del aporte que cumple el río Quípar con sus aguas al río Segura, al cual traslada su caudal, realiza un importante apoyo a las actividades económicas tales como las agrícolas y ganaderas. Así como también para las actividades comunitarias y turísticas que se desarrollan con mayor frecuencia en las áreas aledañas al embalse.