La comarca del Noroeste de Murcia tiene una extensión de 237.900 hectáreas y limita con las provincias de Albacete, Granada y Almería.
De acuerdo a la división comarcal elaborada por el Consejo Regional en 1980, el Noroeste de Murcia está integrado por cinco municipios: Caravaca de la Cruz, capital de la comarca que cuenta con 25.760 habitantes y 859 kilómetros cuadrados; Cehegín, con 14.983 habitantes y 292,7 kilómetros cuadrados; Bullas, con 11.530 habitantes y 82,2 kilómetros cuadrados; Calasparra, con 10.178 habitantes y 193 kilómetros cuadrados; y Moratalla con 7.839 habitantes y 954,82 kilómetros cuadrados (datos de 2019).
La comarca del Noroeste de Murcia es una región en la que la presencia en su historia de vestigios prehistóricos, la llegada del Imperio Romano, las diferentes poblaciones de origen étnico-religioso, la época medieval con la presencia musulmana y cristiana y el renacimiento como movimiento cultural, se conjugaron para definir la cultura de la comarca del Noroeste de Murcia.
Cada uno de sus municipios están impregnados de estos vestigios en mayor o menor medida, dependiendo de la presencia cultural de estas poblaciones y las características geográficas de cada una de ellas.
Moratalla
Los primeros habitantes de Moratalla datan de hace más de 10.000 años y dejaron muestras de su arte en numerosos yacimientos con pinturas rupestres. En el término municipal de Moratalla se encuentran más del cincuenta por ciento de las pinturas rupestres de la Región de Murcia, declaradas todas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad desde 1998.
De la época romana encontramos sobre todo villas rústicas, así como una importante presencia romana en la explotación de las salinas. La agricultura y la ganadería serán la base económica de la localidad desde el siglo XVI. Antes, los temores a las incursiones árabes de Granada no habían hecho posible la estabilidad de población.
Moratalla cuenta con un impresionante patrimonio cultural que narra su evolución histórica, desde sus raíces más remotas en el pueblo íbero, pasando por la dominación árabe y la posterior época cristiana, hasta llegar a la actualidad. Cabe destacar el castillo-fortaleza de su núcleo urbano, del siglo IX, con su Torre del Homenaje; los yacimientos arqueológicos de los Castillicos y los Molinicos; y las Casas Señoriales e Iglesias de su casco antiguo.
En la actualidad, la economía de Moratalla depende principalmente de la agricultura, principalmente con los cultivos de almendros, albaricoques y olivos. En los últimos años, como muchos otros municipios de la zona, ha comenzado a desarrollar el turismo rural y cultural.
Caravaca de la Cruz
Caravaca de la Cruz tiene sus más remotos orígenes en el Cerro del Castillo, donde se asentaron diversas culturas desde la prehistoria. Durante la ocupación musulmana, Caravaca de la Cruz pudo mantenerse como un asentamiento cristiano en medio del territorio ocupado por los árabes, situación que terminó con el reinado de Abderramán II.
Según una leyenda, en 1232, el rey moro Abú Zeid se convirtió al cristianismo cuando contempló cómo dos ángeles bajaban del cielo una cruz para que un sacerdote preso en el castillo pudiera decir misa.
Caravaca de la Cruz es una de las cinco ciudades santas del mundo junto a Jerusalén, Santiago de Compostela, Roma y Santo Toribio de Liébana.
Las fiestas más importantes de Caravaca de la Cruz son las de la Santísima y Vera Cruz, declaradas de Interés Turístico Internacional, que incluyen los desfiles de Moros y Cristianos y las impresionantes carreras de los Caballos del Vino.
Cehegín y Bullas
Cehegín tiene su base en las distintas culturas que se asentaron en ella, cuyos primeros pobladores se remontan al 2.400 a. C. Su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico Artístico en el año 1982, es uno de los grandes atractivos de esta población murciana. En el destacan las casas señoriales con diferentes estilos: renacentista, barroco murciano, rococó y neoclásico; y por supuesto las Iglesias de Santa María Magdalena, la de la Soledad y la Iglesia de la Concepción.
Bullas ha sido asentamiento humano desde el periodo eneolítico (2.000 a. C.). También los romanos dejaron numerosos testimonios de su presencia, así como los musulmanes, quienes ocuparon el espacio con un pequeño núcleo urbano.
En el patrimonio de Bullas destaca la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, declarada Patrimonio Nacional en febrero de 1982 y de estilo barroco, pero con elementos neoclásicos y románticos.
La historia de Bullas está ligada desde tiempos inmemoriales a la cultura de la vid. La Denominación de Origen “Bullas”, concedida en el año 1994, supuso un gran reconocimiento a nivel regional, nacional e internacional. En los últimos años, Bullas ha potenciado el turismo rural y el turismo enológico, gracias al desarrollo de la Ruta del Vino y el Museo del Vino.
Calasparra
Calasparra tiene un gran legado arqueológico y artístico monumental gracias a la presencia en tiempos pasados de íberos, romanos, árabes y cristianos, los cuales han dejado una profunda e imborrable huella en la historia de esta hermosa población.
No podemos dejar de visitar el Santuario de la Esperanza, patrona de Calasparra. La ermita se encuentra en una grieta natural, de cuyo techo de piedra emana un venero de agua.
El motor de la economía de Calasparra es la agricultura, destacando el cultivo del arroz, producto por excelencia de la zona y que posee Denominación de Origen desde el año 1982. En los últimos años, como en toda la comarca, se ha fomentado el turismo rural.