Julián Romea Yanguas es un reconocido actor de teatro, escritor y poeta, quien acogió en sus versos todos los temas del Romanticismo. Asimismo, fue pilar de una dinastía teatral que también integra su sobrino Julián Romea Parra y su hijo Alberto Romea Catalina.
Nació en la plaza de Santa Catalina, el 16 de febrero de 1813, en la capital murciana y su padre fue Mario Romea Bayona, quien se encargaba de administrar los bienes de los marqueses de Espinardo. Su madre, Ignacia Yanguas y Prat de Riveras, era una valenciana afincada de Madrid. Era el segundo de seis hermanos.
La familia viajó a Alcalá de Henares en 1816, pero su padre fue desterrado por su pasado liberal y tuvo que huir hacia Portugal. Julián Romea regresó a Murcia en 1823 con su madre y hermanos.
En busca de su vocación
Estudió humanidades en el Seminario Mayor de San Fulgencio, donde hizo sus primeras participaciones actorales como aficionado.
En 1827, Mario Romea regresó de Portugal y se reencontró con su familia. En 1831 viajaron a Madrid, donde Julián y su hermano Florencio se inscribieron en la Escuela de Música y Arte Declamatorio, siendo su tutor el actor Carlos Latorre. El siguiente año obtuvo un contrato en la compañía de Juan Grimaldi como galán y actuó en el Teatro del Príncipe, en el que protagonizó la obra traducida de Macbeth, de William Shakespeare.
Inicios actorales
En 1836 se casó con Matilde Díez y juntos se volvieron la pareja artística de moda, llegando a protagonizar diversas obras como "María Estuardo" de Schiller, traducida por Bretón de los Herreros, "La ceniza en la frente" y también comedias del siglo de oro como "El mejor alcalde", "El rey" y "La estrella de Sevilla", todas de Lope de Vega.
También de Francisco de Rojas Zorrilla, "Casa con dos puertas"; de Calderón de la Barca "Mala es de Guardar”; y de Tirso de Molina “Marta la piadosa”.
Tuvieron un hijo en diciembre de 1837 llamado Alfredo, pero a causa de compromisos labores de Julián los siguientes años los pasaron distanciados.
Junto a su hermana Florencia y su esposa, en 1839, promovió un monumento en Granada para rendirle homenaje al reconocido actor Isidoro Máiquez, quien murió en esa ciudad en el año 1820.
Proyectos y logros
En 1850 escribió un Manual de Declamación junto con un gran número de obras teatrales entre las que destaca “Ricardo” y cultivó la lírica. Además, colaboró en la revista “El Artista”, publicación de gran importancia para la literatura romántica española.
Fue nombrado por la reina Isabel II profesor y director del Conservatorio, fue académico de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras de Sevilla y cruz de la Orden de Carlos III. En 1840 dirigió el Teatro del Príncipe en Madrid, el cual lo modernizó con nuevo alumbrado, un patio de butacas y otras trasformaciones que le proporcionaron excelentes críticas por parte del público, haciéndolo más popular.
En 1846 publicó “Poesías de don Julián Romea” y en 1860 recibió un reconocimiento de la Real Academia Española, por su oda “A la guerra de África”.
Muerte inesperada
Con 53 años Julián Romea enfermó de una grave insuficiencia coronaria y falleció el 10 de agosto de 1868. Sus restos reposan junto a su esposa en el cementerio sacramental de San Lorenzo y San José en Madrid.
Julián Romea destacó por su naturalidad y particular estilo para realizar la declamación. En las tablas se desenvolvía como nadie, metiéndose las manos en los bolsillos, encendiendo un cigarro o sentándose para recitar.
Cabe destacar que su retrato se conserva en el Museo del Teatro de Almagro (Ciudad Real) y que llevan su nombre el Teatro de provincias de Barcelona y por supuesto, el Teatro Romea de Murcia.