De llamativas paredes blancas y una alta cúpula, esta iglesia de construyó a finales del siglo XVII por la Orden religiosa de Calatrava.
Esta compuesta por una única planta rectangular que alberga en su interior una hornacina con la imagen de San José y el Niño Jesús, que contrastan con su imponente altar Mayor con columnas salomónicas, querubines pintados y sus característicos colores azul y dorado.
Su cúpula, de forma semiesférica, se alza imponente y está decorada con cruces de la Orden de Calatrava, así como también se hallan estas cruces sobre cada una de las puertas de acceso a la parroquia.
Junto a su altar, se encuentra la capilla de la Santísima que alberga a la patrona de la localidad.
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