Fue construida en el siglo XVIII, y asentada en una mezquita que data del siglo XVI, de la cual se conservan en el recinto unas maderas decoradas de la pared del órgano. Fue recuperada por el profesor Ramón Cano Picó, quien realizó una restauración de pinturas murales ocultas y de los retablos de arquitectura fingida de Paolo Sístor.
Es una edificación pequeña, de estilo barroco y planta rectangular. Cuenta con tres naves y la cúpula cerrada que no permite el paso de la iluminación.
Este recinto rinde homenaje a San Agustín como patrono y, de hecho, alberga una figura de su imagen que data del siglo XVIII y una imagen de la Virgen del Rosario del siglo XIX, obra de Francisco Sánchez.