La evolución histórica de la comarca Oriental de Murcia está determinada por los acontecimientos experimentados a partir del aprovechamiento de sus recursos naturales.
Tras el apogeo que vivió la comarca Oriental durante la época romana, impulsado en parte por el gran atractivo de las aguas termales medicinales ubicadas hoy en día en el municipio de Fortuna, esta zona sufrió un período de recesión que corresponde a la era islámica.
Los niveles de población descendieron, dado el abandono de tierras por el estado precario de la agricultura, ocasionado en buena parte por las severas condiciones climatológicas de semiaridez del territorio.
La comarca Oriental está dividida en dos municipios: Abanilla y Fortuna. Este último, el más poblado, se reconoce como su capital.
Abanilla
Elementos arqueológicos comprueban que el territorio de la comarca Oriental de Murcia fue ocupado desde la prehistoria. En Abanilla se encuentra un yacimiento con fósiles, el Yacimiento Paleontológico de la Sierra de Quibas, que de probarse su antigüedad estimada se confirmaría como uno de los yacimientos con restos humanos más antiguos de España y Europa.
Abanilla limita al este con la provincia de Alicante, al norte con Jumilla y al oeste y al sur con Fortuna. En su territorio, según datos del año 2019, se encuentran 6.127 habitantes.
Bajo la ocupación romana, la comarca Oriental era paso obligado entre las termas de Fortuna y Archena y la Vía Pretoria que pasaba por Yecla y Pinoso. El origen del nombre de Abanilla se encuentra en el vocablo islámico Al-Banylan. La aljama, la alcazaba y la mezquita son las principales construcciones de la época árabe de Abanilla.
A partir de la reconquista cristiana, el territorio estuvo en constante disputa entre las Coronas de Castilla y Aragón. En el año 1434, un descendiente de los Rocafull cedió Abanilla a la Orden de Calatrava, por lo que Abanilla y Orihuela se separan al pertenecer una a la Corona de Castilla y la otra a Aragón, convirtiéndose en constantes las peleas entre ambas poblaciones. En el siglo XIX el municipio se independiza y se integra a la vida nacional.
Fortuna
Fortuna limita al norte con el municipio de Jumilla, al este con el de Abanilla, al sur con la comarca de la Huerta de Murcia y al oeste con la Vega del Segura. Cuenta con una población de 10.112 habitantes (datos año 2019).
Este municipio de la comarca Oriental es especialmente conocido por el Balneario de Leana, por su gran patrimonio arqueológico y por sus fiestas de Sodales Ibero-Romanas, unas de las fiestas históricas más importantes de la Región de Murcia, declaradas de interés turístico Regional, las cuales se celebran en agosto.
La historia de Fortuna está condicionada por las aguas termales minero medicinales que brotan de su suelo. Estas aguas han sido usadas, a lo largo de los siglos, por las diferentes civilizaciones que a través del tiempo han ocupado el territorio. Los iberos ya utilizaban estas aguas y los romanos, en el siglo I, edificaron un complejo arquitectónico que comprendía áreas de reposo, alojamiento, baños y hasta un santuario.
Los árabes edificaron un nuevo balneario, anexo al primero, que fue utilizado durante más de quinientos años, pero un terremoto provocó que el manantial cambiara de lugar por lo que quedó en desuso.
A finales del siglo XIX, estando en manos privadas las aguas termales del municipio, se edificará el actual balneario y el primer hotel, el "Hotel Balneario", que es el más antiguo de la Región de Murcia.
En la actualidad, la economía de Fortuna está basada en la agricultura, principalmente de cultivos de secano, en las explotaciones de canteras de mármol, piedra y yeso, y en el turismo de salud.