Sencilla ermita que se caracteriza por su singular fachada pintada de llamativos colores, ahora azul, pero que en otras ocasiones también se conoció en tonalidades rojizas.
Su construcción, no muy amplia, se llevó a cabo entre los años 1835 a 1850, y en su interior se puede contemplar la imagen de San Roque, a quien allí se le rinde homenaje. En ella el Santo se puede apreciar acompañado de un ángel y un perro con un pan en la boca.
También es posible admirar un gran número de imágenes referentes al Santísimo Cristo de las Penas, las cuales fueron realizadas por el famoso escultor local Bernabé Gil.
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